EL HOMBRE QUE MIRA.
La cara de Alexus giró en la
pantalla. Buscaba algo en la heladera. Finalmente lo encontró. Algún líquido
fresco para combatir el fuerte calor que inundaba la ciudad. Ahora se acercaba
al horno nuclear, ya bastante maltratado por el tiempo pero todavía útil. Aún
le era posible cocinar una buena comida en seis millonésimos de segundo, lo que
era mucho más que los últimos modelos pero que seguía siendo suficientemente
rápido para las necesidades de Alexus. En el monitor se lo veía satisfecho con
su almuerzo y al controlador asignado se hacía agua la boca. Hacía siete horas
que no hacía otra cosa que mirar todo lo que hacía Alexus en su casa y le
parecía que eso de que el vigilado comiera mientras el vigilador simplemente
miraba tenía algo que ver con la injusticia. No quiso esperar que terminara su
turno. Pulsó con la mirada el control del Funcionamiento General.
- ¿FG? - preguntó-. Aquí Magio, de Control
Personalizado. ¿Quién está?
- Iliria,
guapo - le
respondió una voz suave -.
¿Por qué la llamada?
- Digamos
que ciertas imágenes me tentaron. Tengo hambre. ¿Podrías mandarme algo?
- Voy
a ver qué puedo hacer. Alguna cosa habrá. Adiós.
- Adiós,
linda - cortó Magio con un suspiro. Le gustaba Iliria desde siempre pero a los CA les
estaba prohibido enredarse en relaciones con cualquier cosa que respirase. La
paga era buena pero el precio era la soledad durante los diez años que duraba
el contrato. Bueno, no había motivo de queja. Cuando entró a trabajar en el
Centro para la Felicidad de Todos (el CFT), ya sabía lo que le espraba. “No
puede uno tener todo en la vida”, se dijo mientras la cámara instalada en el
televisor seguía a Alexus por la sala de su casa y la que los técnicos del CFT
habían instalado en el espejo lo acompañaba al baño.
El hombre no tenía secretos
para Magio. Sabía a qué hora se acostaba, qué le gustaba para el desayuno,
cuáles eran las flores favoritas de su novia, con quién se reunía los viernes
en la noche. Magio no sabía por qué el CFT había ordenado un Controlador
Asignado a Alexus y no le interesaba saberlo. Su idea de un trabajo bien hecho
terminaba en cumplir lo que le habían ordenado. Cuando llegó su relevo, le dio
un informe de las novedades, le dejó todo organizado y se marchó.
Afuera tampoco había
sorpresas. El cielo cubierto de naves. Los Pidientes, con sus eternas ropas
sucias y roídas corriendo a las pocas personas que se animaban a recorrer el
suelo de la ciudad. Se sonrió cuando se dio cuenta de que en su pensamiento
lograba que los Pidientes no fueran personas. “Es que en cierto sentido es
así”, se dijo. “No tienen tarjeta de gastos y sin ella lo único que les queda
es pedir comida. O robarla.” La última opción era una mala idea. Tarde o
temprano el CFT terminaba por enterarse y el Pidiente no la pasaba bien. Pero a
nadie le importaba mucho. El Centro para la Felicidad de Todos trabajaba para
que esas pequeñas manchas no ensuciaran el bienestar general que reinaba y
además los Pidientes eran tantos que algunas ausencias de tanto en tanto
pasaban desapercibidas. Magio subió a su nave, dio las coordenadas de su hogar
y se recostó a disfrutar del breve viaje. A su lado pasó ronroneando la nave
madre de su trabajo lanzando al aire el mensaje de siempre.
- EL
CENTRO PARA LA FELICIDAD DE TODOS ESTÁ A SU SERVICIO. LA ALEGRÍA DE LA CIUDAD
ES NUESTRO MAYOR BIEN Y DEBEMOS PROTEGERLA. SI SABE DE ALGUIEN QUE HABLA CON
PESIMISMO O SE QUEJA O CONOCE A ALGÚN
PIDIENTE QUE SE QUEDA CON COMIDA QUE NO LE FUE FACILITADA, LLÁMENOS. EL CFT
TRABAJA PARA USTED. EL CENTRO PARA LA FELICIDAD DE TODOS ESTÁ A SU SERVICIO. LA
ALEGRÍA… pero Magio ya no pudo oír más. El suave balanceo de la nave lo durmió
y sólo despertó cuando el aparato lo depositó en la puerta de su casa.
- Ninguna, Magio - le
contestó una voz suave y metálica que parecía surgir del aire. - ¿Qué vas a querer de comer?
- Bah, nada especial -
dijo el hombre. - Con
lo de siempre estará bien.
Esa noche contrató a un
androide para que lo acompañara a ver los deportes por televisión pero lo pidió
agresivo y simpatizante del equipo que más odiaba. Tenía ánimo de pelea. El
androide hizo correctamente su trabajo. Luego de una buena discusión, lo envió
para la agencia y se acostó con el espíritu más calmo. “Cada vez los hacen
mejores”, pensó ya en la cama. “La última chica que me mandaron era una maravilla.
Me pregunto cómo será vivir con uno de esos bichos”. Y se quedó dormido.
A la mañana siguiente las
cosas no empezaron bien. Por algún motivo increíble las vías de acceso a la
oficina estaban bloqueadas y sólo quedaban dos caminos: esperar o un desvío.
Sabía que alejarse de los caminos previstos era otra de las prohibiciones a los
miembros de la CFT, pero si llegaba tarde otra vez perdería el premio a la
puntualidad y su tarjeta de gastos no andaba en la abundancia últimamente. Así
que puso su nave en manual y se alejó del embrollo hacia los suburbios de la
ciudad. Allá abajo, una mar de Pidientes se preparaba para ir en busca de
comida al centro. Y de pronto una visión casi le hace perder el control del
vehículo y caer a tierra. Allí, en medio de un enjambre de gente, desorientado,
como sin entender lo que estaba pasando, Magio descubrió un rostro conocido.
Trastabillándose, llevándose todo por delante, Alexus intentaba llegar a la
salida del sector.
Magio llegó pálido a su
oficina, se sentó ante el monitor y vio, como en un sueño, el mensaje en la
pantalla. “CAMBIO EN LOS PARÁMETROS DE CONTROL PERSONALIZADO. CIUDADANO ALEXUS
HA SIDO DECODIFICADO. NUEVO PARÁMETRO, CIUDADANO YAREO. DIRECCIÓN VERIFICADA.
COMIENZA CONTROL.”
No necesitó saber nada más
para entender. De pronto todo fue enormemente claro para el Controlador
Personalizado Magio. Supo como si leyera en un libro que la vigilancia era el
primer paso para la transformación en Pidientes de las personas que él seguía
en las pantallas y comprendió por fin por qué el CFT era tan severo con la
exigencia de soledad para sus empleados.
Cuando esa tarde llegó a su
casa ya no le sorprendió ver, en un extremo olvidado de la heladera, oculta
como una mancha de tierra, la microcámara que tan bien conocía.
Esteban
Valentino.
ACTIVIDADES.
1. ¿Quién es Magio?
2. ¿Cuál es su trabajo y quién es su
empleador?
3. ¿Qué prohibiciones tiene Magio?
4. Explica el significado de esta
afirmación: “LA COTIDIANEIDAD ESTÁ
ULTRAMEDIATIZADA”
5. Justifica tu respuesta anterior con
citas del texto.
6. ¿Quiénes son los pidientes y en qué
parte de la ciudad habitan?
7. Explicá la relación entre la
distribución geográfica de los habitantes y la posición social de los mismos.
8. Justificá tu respuesta anterior con
alguna cita del texto.
9. ¿Quién ejerce el poder? ¿Cómo se
promociona?
10. ¿Qué sucede finalmente con Alexus, el
hombre observado?
11. ¿Qué descubre Magio sobre su propia
actividad laboral a partir del destino de Alexus?
12. Explica el título del cuento
13. El sustantivo “hombre”, ¿designa a
alguien en particular o expresa un significado global? Justifica tu respuesta
con alguna cita del texto.
14. ¿Cuál es el mensaje que intenta darnos
el cuento?
El relato de ciencia ficción.
La confianza en el progreso de la humanidad.
La ciencia ficción es un género basado en la idea del
continuo desarrollo de la ciencia y las tecnologías y, por lo tanto, un género
nacido en el pasado reciente (aunque algunos consideran como pionera a Mary
Shelley, autora de Frankestein o el
moderno Prometeo, 1818).
La ciencia ficción reúne dos elementos que lo constituyen
y que parecen contrapuestos: el mundo de lo racional, de las investigaciones científicas, por un lado, y el
mundo de la fantasía, por el otro.
William Wilson, un crítico inglés sostuvo que “…en la ciencia ficción, las
verdades reveladas de la ciencia pueden aparecer entrelazadas con una historia
placentera”.
Pero esto no indica que la totalidad de los fundamentos
científicos que aparecen en estas historias sean reales: tienen la “apariencia”
de ser verdades, son verosímiles. En los relatos de ciencia ficción, la
fantasía está limitada por las reglas del pensamiento científico. Por eso
también se define el género como “la literatura de la imaginación
disciplinada”.
Desde sus comienzos, en el siglo XIX, los editores
jugaron un papel fundamental en la popularización de la ciencia ficción. Así
sucedió con Pierre-Jules Hetzel, editor de los Viajes extraordinarios de Jules Verne. Se considera a Verne el
primer autor del género que logró la adhesión masiva del público, pero fue su
editor quien fundó una revista literaria que se convirtió en un extraordinario
éxito de ventas.
Además de lograr una novedosa combinación de texto e
imagen, la razón de la buena recepción de la revista puede atribuirse a la
actitud optimista y esperanzada de las naciones hacia el progreso de la
ciencia, estimulada por la filosofía del positivismo y de los progresos de la
Revolución Industrial. Las sociedades occidentales confiaron en que los
adelantos científicos remediarían las
injusticias y errores de la humanidad y que, al fin, el mundo viviría en paz.
El fin de la ilusión.
Considerado el padre de la ciencia ficción moderna,
Herbert Wells fue uno de los primeros en advertir la visión utópica de los
descubrimientos e inventos que maravillaban al mundo, que, en las manos
equivocadas, podían ser empleados para la destrucción
de la humanidad. Entre la amenazas que anticipó en sus novelas, estaban las
armas químicas y de destrucción masiva, que finalmente fueron fabricadas y
empleadas en las dos guerras mundiales del siglo XX. En La máquina del tiempo (1895), Wells imagina un mundo agonizante en el que la humanidad se ha
extinguido hace mucho.
Por otra parte, los resultados de la Revolución Industrial y su ideología
liberal eran el otro componente de las visiones pesimistas. La vida de las
familias obreras transcurría en condiciones terribles: bajísimos salarios,
hacinamiento, falta de atención sanitaria y educación. Las clases dominantes
encontraron en la doctrina del “darwinismo social” un modo de justificar su codicia.
En esta versión simplificada de la teoría de la evolución, las condiciones de
vida de los pobres eran un hecho “natural”. Los ricos eran más “aptos” para la
supervivencia por ser más inteligentes, hábiles y emprendedores. Los pobres
merecían su situación por ser holgazanes e ineptos. Una vez más, Wells advirtió
la falacia de este razonamiento en La
guerra de los mundos (1898): la supuesta superioridad de una de las razas
sobre otras, de unas clases sobre otras, no era el producto de una evolución natural:
estaba basada en la fuerza de las armas y en una injusta distribución de la
riqueza. Si sólo triunfan los más fuertes, ¿no podría una especie de otra
galaxia creerse con derecho a exterminarnos para apropiarse de las riquezas de
nuestro planeta?
Utopías y distopías
Estas advertencias sobre nuestra pérdida de humanidad se
materializan a través de la creación de utopías
(universos deseables por su perfección) o distopías
(sociedades hipotéticas indeseables). Otra forma de crítica de nuestra
civilización se concreta cuando se
introducen personajes no humanos como extraterrestres o robots, que a veces
demuestran tener más humanidad y sentimientos que los propios humanos. La
creación de mundos paralelos nos presenta también un espejo de nuestros errores e inquietudes.
Sobre el género…
¿La
ciencia ficción habla realmente sobre el futuro? El estudioso croata Darko
Suvin (1930), en su obra Metamorfosis de
la ciencia ficción (1979), define la ciencia ficción como una literatura
que, dentro del marco de la ciencia y el pensamiento racional, propone nuevos
modos de pensar acerca de las sociedades humanas y despliega imaginariamente el
anhelo de resistencia de los oprimidos. Suvin denominó extrañamiento cognoscitivo a esta inquietante idea de presentar
realidades alternativas que contradicen directamente el orden existente. Es
decir, la ciencia ficción exhibe ante el lector un nuevo mundo, diferente del
real, diverso del mundo presente en el que vive, para brindarle un modo distinto de ver su propia realidad. Este
género se define, así, como una narrativa de crítica social.
En la misma línea, la escritora estadounidense Susan
Sontag afirma que la ciencia ficción es una literatura moralista. No se trata de un género puramente recreativo
y escapista, sino de una escritura que despliega los problemas de la esencia y
de la existencia humanas.
Sampayo, R,( 2016), Literatura V. Serie Llaves. C.A.B.A.
,Argentina, Editorial Mandioca.
ACTIVIDADES
Luego
de leer atentamente el texto anterior realiza una síntesis del mismo, o una red
conceptual o una enumeración de las principales características de la ciencia
ficción.
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