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miércoles, 25 de marzo de 2020

5° año A y B. Literatura. Prof. Tamara De Brito


EL HOMBRE QUE MIRA.

La cara de Alexus giró en la pantalla. Buscaba algo en la heladera. Finalmente lo encontró. Algún líquido fresco para combatir el fuerte calor que inundaba la ciudad. Ahora se acercaba al horno nuclear, ya bastante maltratado por el tiempo pero todavía útil. Aún le era posible cocinar una buena comida en seis millonésimos de segundo, lo que era mucho más que los últimos modelos pero que seguía siendo suficientemente rápido para las necesidades de Alexus. En el monitor se lo veía satisfecho con su almuerzo y al controlador asignado se hacía agua la boca. Hacía siete horas que no hacía otra cosa que mirar todo lo que hacía Alexus en su casa y le parecía que eso de que el vigilado comiera mientras el vigilador simplemente miraba tenía algo que ver con la injusticia. No quiso esperar que terminara su turno. Pulsó con la mirada el control del Funcionamiento General.

 - ¿FG? - preguntó-. Aquí Magio, de Control Personalizado. ¿Quién está?

 - Iliria, guapo - le respondió una voz suave -. ¿Por qué la llamada?

 - Digamos que ciertas imágenes me tentaron. Tengo hambre. ¿Podrías mandarme algo?

 - Voy a ver qué puedo hacer. Alguna cosa habrá. Adiós.

 - Adiós, linda - cortó Magio con un suspiro. Le gustaba Iliria desde siempre pero a los CA les estaba prohibido enredarse en relaciones con cualquier cosa que respirase. La paga era buena pero el precio era la soledad durante los diez años que duraba el contrato. Bueno, no había motivo de queja. Cuando entró a trabajar en el Centro para la Felicidad de Todos (el CFT), ya sabía lo que le espraba. “No puede uno tener todo en la vida”, se dijo mientras la cámara instalada en el televisor seguía a Alexus por la sala de su casa y la que los técnicos del CFT habían instalado en el espejo lo acompañaba al baño.

El hombre no tenía secretos para Magio. Sabía a qué hora se acostaba, qué le gustaba para el desayuno, cuáles eran las flores favoritas de su novia, con quién se reunía los viernes en la noche. Magio no sabía por qué el CFT había ordenado un Controlador Asignado a Alexus y no le interesaba saberlo. Su idea de un trabajo bien hecho terminaba en cumplir lo que le habían ordenado. Cuando llegó su relevo, le dio un informe de las novedades, le dejó todo organizado y se marchó.

Afuera tampoco había sorpresas. El cielo cubierto de naves. Los Pidientes, con sus eternas ropas sucias y roídas corriendo a las pocas personas que se animaban a recorrer el suelo de la ciudad. Se sonrió cuando se dio cuenta de que en su pensamiento lograba que los Pidientes no fueran personas. “Es que en cierto sentido es así”, se dijo. “No tienen tarjeta de gastos y sin ella lo único que les queda es pedir comida. O robarla.” La última opción era una mala idea. Tarde o temprano el CFT terminaba por enterarse y el Pidiente no la pasaba bien. Pero a nadie le importaba mucho. El Centro para la Felicidad de Todos trabajaba para que esas pequeñas manchas no ensuciaran el bienestar general que reinaba y además los Pidientes eran tantos que algunas ausencias de tanto en tanto pasaban desapercibidas. Magio subió a su nave, dio las coordenadas de su hogar y se recostó a disfrutar del breve viaje. A su lado pasó ronroneando la nave madre de su trabajo lanzando al aire el mensaje de siempre.

 - EL CENTRO PARA LA FELICIDAD DE TODOS ESTÁ A SU SERVICIO. LA ALEGRÍA DE LA CIUDAD ES NUESTRO MAYOR BIEN Y DEBEMOS PROTEGERLA. SI SABE DE ALGUIEN QUE HABLA CON PESIMISMO O SE QUEJA O CONOCE  A ALGÚN PIDIENTE QUE SE QUEDA CON COMIDA QUE NO LE FUE FACILITADA, LLÁMENOS. EL CFT TRABAJA PARA USTED. EL CENTRO PARA LA FELICIDAD DE TODOS ESTÁ A SU SERVICIO. LA ALEGRÍA… pero Magio ya no pudo oír más. El suave balanceo de la nave lo durmió y sólo despertó cuando el aparato lo depositó en la puerta de su casa.

- ¿Novedades, casa? - preguntó al entrar.
 
- Ninguna, Magio - le contestó una voz suave y metálica que parecía surgir del aire. - ¿Qué vas a querer de comer?

 - Bah, nada especial - dijo el hombre. - Con lo de siempre estará bien.

Esa noche contrató a un androide para que lo acompañara a ver los deportes por televisión pero lo pidió agresivo y simpatizante del equipo que más odiaba. Tenía ánimo de pelea. El androide hizo correctamente su trabajo. Luego de una buena discusión, lo envió para la agencia y se acostó con el espíritu más calmo. “Cada vez los hacen mejores”, pensó ya en la cama. “La última chica que me mandaron era una maravilla. Me pregunto cómo será vivir con uno de esos bichos”. Y se quedó dormido.

A la mañana siguiente las cosas no empezaron bien. Por algún motivo increíble las vías de acceso a la oficina estaban bloqueadas y sólo quedaban dos caminos: esperar o un desvío. Sabía que alejarse de los caminos previstos era otra de las prohibiciones a los miembros de la CFT, pero si llegaba tarde otra vez perdería el premio a la puntualidad y su tarjeta de gastos no andaba en la abundancia últimamente. Así que puso su nave en manual y se alejó del embrollo hacia los suburbios de la ciudad. Allá abajo, una mar de Pidientes se preparaba para ir en busca de comida al centro. Y de pronto una visión casi le hace perder el control del vehículo y caer a tierra. Allí, en medio de un enjambre de gente, desorientado, como sin entender lo que estaba pasando, Magio descubrió un rostro conocido. Trastabillándose, llevándose todo por delante, Alexus intentaba llegar a la salida del sector.

Magio llegó pálido a su oficina, se sentó ante el monitor y vio, como en un sueño, el mensaje en la pantalla. “CAMBIO EN LOS PARÁMETROS DE CONTROL PERSONALIZADO. CIUDADANO ALEXUS HA SIDO DECODIFICADO. NUEVO PARÁMETRO, CIUDADANO YAREO. DIRECCIÓN VERIFICADA. COMIENZA CONTROL.”

No necesitó saber nada más para entender. De pronto todo fue enormemente claro para el Controlador Personalizado Magio. Supo como si leyera en un libro que la vigilancia era el primer paso para la transformación en Pidientes de las personas que él seguía en las pantallas y comprendió por fin por qué el CFT era tan severo con la exigencia de soledad para sus empleados.

Cuando esa tarde llegó a su casa ya no le sorprendió ver, en un extremo olvidado de la heladera, oculta como una mancha de tierra, la microcámara que tan bien conocía.

Esteban Valentino.


ACTIVIDADES.

1.    ¿Quién es Magio?
2.    ¿Cuál es su trabajo y quién es su empleador?
3.    ¿Qué prohibiciones tiene Magio?
4. Explica el significado de esta afirmación:  “LA COTIDIANEIDAD ESTÁ ULTRAMEDIATIZADA”
5.    Justifica tu respuesta anterior con citas del texto.
6.    ¿Quiénes son los pidientes y en qué parte de la ciudad habitan?
7.    Explicá la relación entre la distribución geográfica de los habitantes y la posición social de los mismos.
8.    Justificá tu respuesta anterior con alguna cita del texto.
9.    ¿Quién ejerce el poder? ¿Cómo se promociona?
10. ¿Qué sucede finalmente con Alexus, el hombre observado?
11. ¿Qué descubre Magio sobre su propia actividad laboral a partir del destino de Alexus?
12. Explica el título del cuento
13. El sustantivo “hombre”, ¿designa a alguien en particular o expresa un significado global? Justifica tu respuesta con alguna cita del texto.
14. ¿Cuál es el mensaje que intenta darnos el cuento?

El relato de ciencia ficción.

La confianza en el progreso de la humanidad.

            La ciencia ficción es un género basado en la idea del continuo desarrollo de la ciencia y las tecnologías y, por lo tanto, un género nacido en el pasado reciente (aunque algunos consideran como pionera a Mary Shelley, autora de Frankestein o el moderno Prometeo, 1818).

            La ciencia ficción reúne dos elementos que lo constituyen y que parecen contrapuestos: el mundo de lo racional, de las investigaciones científicas, por un lado, y el mundo de la fantasía, por el otro. William Wilson, un crítico inglés sostuvo que “…en la ciencia ficción, las verdades reveladas de la ciencia pueden aparecer entrelazadas con una historia placentera”.

            Pero esto no indica que la totalidad de los fundamentos científicos que aparecen en estas historias sean reales: tienen la “apariencia” de ser verdades, son verosímiles. En los relatos de ciencia ficción, la fantasía está limitada por las reglas del pensamiento científico. Por eso también se define el género como “la literatura de la imaginación disciplinada”.

            Desde sus comienzos, en el siglo XIX, los editores jugaron un papel fundamental en la popularización de la ciencia ficción. Así sucedió con Pierre-Jules Hetzel, editor de los Viajes extraordinarios de Jules Verne. Se considera a Verne el primer autor del género que logró la adhesión masiva del público, pero fue su editor quien fundó una revista literaria que se convirtió en un extraordinario éxito de ventas.

            Además de lograr una novedosa combinación de texto e imagen, la razón de la buena recepción de la revista puede atribuirse a la actitud optimista y esperanzada de las naciones hacia el progreso de la ciencia, estimulada por la filosofía del positivismo y de los progresos de la Revolución Industrial. Las sociedades occidentales confiaron en que los adelantos  científicos remediarían las injusticias y errores de la humanidad y que, al fin, el mundo viviría en paz.

El fin de la ilusión.

            Considerado el padre de la ciencia ficción moderna, Herbert Wells fue uno de los primeros en advertir la visión utópica de los descubrimientos e inventos que maravillaban al mundo, que, en las manos equivocadas, podían ser empleados para la destrucción de la humanidad. Entre la amenazas que anticipó en sus novelas, estaban las armas químicas y de destrucción masiva, que finalmente fueron fabricadas y empleadas en las dos guerras mundiales del siglo XX. En La máquina del tiempo (1895), Wells imagina un  mundo agonizante en el que la humanidad se ha extinguido hace mucho.

            Por otra parte, los resultados de la Revolución Industrial y su ideología liberal eran el otro componente de las visiones pesimistas. La vida de las familias obreras transcurría en condiciones terribles: bajísimos salarios, hacinamiento, falta de atención sanitaria y educación. Las clases dominantes encontraron en la doctrina del “darwinismo social” un modo de justificar su codicia. En esta versión simplificada de la teoría de la evolución, las condiciones de vida de los pobres eran un hecho “natural”. Los ricos eran más “aptos” para la supervivencia por ser más inteligentes, hábiles y emprendedores. Los pobres merecían su situación por ser holgazanes e ineptos. Una vez más, Wells advirtió la falacia de este razonamiento en La guerra de los mundos (1898): la supuesta superioridad de una de las razas sobre otras, de unas clases sobre otras, no era el producto de una evolución natural: estaba basada en la fuerza de las armas y en una injusta distribución de la riqueza. Si sólo triunfan los más fuertes, ¿no podría una especie de otra galaxia creerse con derecho a exterminarnos para apropiarse de las riquezas de nuestro planeta?

Utopías y distopías

            Estas advertencias sobre nuestra pérdida de humanidad se materializan a través de la creación de utopías (universos deseables por su perfección) o distopías (sociedades hipotéticas indeseables). Otra forma de crítica de nuestra civilización  se concreta cuando se introducen personajes no humanos como extraterrestres o robots, que a veces demuestran tener más humanidad y sentimientos que los propios humanos. La creación de mundos paralelos nos presenta también un espejo de  nuestros errores e inquietudes.

Sobre el género…

¿La ciencia ficción habla realmente sobre el futuro? El estudioso croata Darko Suvin (1930), en su obra Metamorfosis de la ciencia ficción (1979), define la ciencia ficción como una literatura que, dentro del marco de la ciencia y el pensamiento racional, propone nuevos modos de pensar acerca de las sociedades humanas y despliega imaginariamente el anhelo de resistencia de los oprimidos. Suvin denominó extrañamiento cognoscitivo a esta inquietante idea de presentar realidades alternativas que contradicen directamente el orden existente. Es decir, la ciencia ficción exhibe ante el lector un nuevo mundo, diferente del real, diverso del mundo presente en el que vive, para brindarle un  modo distinto de ver su propia realidad. Este género se define, así, como una narrativa de crítica social.

            En la misma línea, la escritora estadounidense Susan Sontag afirma que la ciencia ficción es una literatura moralista. No se trata de un género puramente recreativo y escapista, sino de una escritura que despliega los problemas de la esencia y de la existencia humanas.

Sampayo, R,( 2016), Literatura V. Serie Llaves. C.A.B.A. ,Argentina, Editorial Mandioca.


ACTIVIDADES

Luego de leer atentamente el texto anterior realiza una síntesis del mismo, o una red conceptual o una enumeración de las principales características de la ciencia ficción.
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