Percepción, Arte y Participación
(Autor: Raquel Guido)
Durante
el lapso en que vivimos dentro del cálido vientre materno toda modificación
-adopta la forma de sonidos, cambios de temperatura, modificación de ritmos,
suaves o bruscas presiones, movimientos-
“penetran”, literalmente en el cuerpo del feto y son registradas por el
organismo produciendo las adaptaciones necesarias para seguir con la tendencia
natural de sobrevivir y evolucionar.
Después
de la salida del vientre este tipo de señales sigue siendo nuestra forma de
comunicación con el medio.
Recibimos
al nacer los primeros estímulos del ambiente que sensaciones placenteras o
displacenteras irán agrupando en
amenazantes o protectores, a las que el organismo del bebé, simplemente
“reacciona” con movimientos, sonidos y contradicciones tónicas.
El
primer diálogo con la madre, aún en el periodo fusional donde la “separación”
apenas se va esbozando, es el diálogo tónico. Posteriormente las señales que
entran por la vía del cuerpo y sus respuestas, van evolucionando, agrupando las
primeras reacciones espontáneas de modo que adquieren el valor de “signo”. De
este modo la expresión espontánea del cuerpo del bebé, evoluciona hacia la
representación y la comunicación voluntaria, a través de gestos, miradas, sonidos,
modificaciones tónicas.
Podemos
ver entonces en la percepción la raíz de toda comunicación.
Con
posteridad una vez mas avanzada la separación, instaurando el vacio entre el
cuerpo del bebé y la madre y comenzado el estadio del espejo donde la imagen
del cuerpo del bebé comienza a especializarse y unificarse, evoluciona la
capacidad de simbolización dando lugar a la aparición del lenguaje.
El
lenguaje verbal, la palabra, que culturalmente se ve priorizada frente a los
demás lenguajes o vías de comunicación no pierde, sin embargo, su asiento en el
cuerpo.
Por un
lado nuestro cuerpo “da sentido” a esas palabras que oímos, leemos o
pronunciamos. En su libro “El cuerpo”, el sociólogo francés M. Bernard nos dice
que “la palabra “duro” provoca una especie de rigidez en la espalda y el cuello
y solo secundariamente se proyecta al campo visual o auditivo para asumir su
figura de signo o vocablo”. Nos explica, además, la articulación entre el
cuerpo, la naturaleza y la cultura presupone la existencia de un sentido de
“unidad”. “Por una parte -dice- entre los cinco sentidos; por otra entre los
cinco sentidos y el movimiento, es decir, el sentido kinestésico y, por fin,
entre esta sensoriomotricidad y la palabra”.
También
es importante observar que el cuerpo y su expresión gestual acompañan, -ya sea
confirmado, remarcando o desmintiendo- aquello que decimos con palabras. En
este sentido podemos afirmar que el cuerpo confirma o delata lo que decimos.
En esta
dirección Bernard nos dice que “para el espectador la palabra asume el gesto y
el gesto asume la palabra”.
El arte ha jugado desde siempre con este aspecto de la percepción en su
función de comunicación, proponiendo otros lenguajes mas allá del verbal. La
pintura, la escultura, la música, el mimo, la danza y el teatro cuentan con los
sentidos como aliados principales para crear otros espacios de encuentro
quebrando la cotidianidad. La misma poesía abre la palabra convirtiéndola en
sensación pura.
Daniel Calmels, cita un episodio comentado por Tudor Vianu en su libro
“problemas de la metáfora”, la reflexión de un niño que luego de haber probado
por primera vez en su vida un vaso de soda, refiere a su sabor diciendo: “la
soda, tiene gusto a pie dormido”. De este modo Calmels subraya el estrecho
vínculo entre sensación y metáfora.
“Existe un constante entrecruzamiento entre nuestros sentidos a partir
de una experiencia de unidad, en la medida en que cada sensación que recibimos
repercute sobre nuestro cuerpo como estar en el mundo; sobre nuestra
existencia”, afirma Bernard. De modo que es capacidad del sistema sensorial, -y
mas específicamente de la dupla percepción-acción-, asociar sensasiones y
establecer complejas conexiones que formarán parte de la construcción del
conocimiento sobre el si mismo y sobre el mundo. Por ejemplo entre sensaciones
kinestésicas, auditivas y visuales, puestas de manifiesto en la danza a través
de la relación música-movimiento. Lo mismo sucede entre las táctiles y visuales
que nos permiten tocar con la mirada y crearnos una imagen a través de la
información que nos brinda el tacto. Así como entre las gustativas y
cenestésicas, como nos muestra el relato de Calmels
1) Leer
el texto, buscar en el diccionario las siguientes palabras: evolucionar,
estímulos, tono muscular, diálogo, percepción, sensación, simbolizar, kinesis,
metáfora; luego volver a leer.
2) ¿Cómo
reacciona un bebé a los primeros estímulos del ambiente? ¿Se produce diálogo?
3) ¿Qué
tipo de lenguaje se prioriza culturalmente?
4) ¿El
cuerpo confirma o delata lo que decimos?
5) ¿Qué
lenguajes artísticos menciona el texto?
3) ¿Qué
tipo de sensaciones se manifiestan en la danza?
Los
trabajos y dudas mandarlo al siguiente e-mail: pfartee@gmail.com.
Hasta
ahora los trabajos son:
_1)
“Pina Bausch”
_2)
“Percepción, Arte y Participación”